El derrumbe de la mina San José ocurrió el jueves 5 de agosto de 2010, dejando atrapados a 33
mineros a unos 720 metros de
profundidad durante 70 días. El yacimiento, ubicado a 30 km
al noroeste de la ciudad chilena de Copiapó, era explotado por la
compañía San Esteban
Primera S.A.
Las labores de rescate
comenzaron el mismo día en la noche, planificando, asegurando el área,
realizando reconocimiento de la mina e ingresando en búsqueda de lugares de
acceso, y acumulando recursos humanos y logisticos. En la madrugada del
viernes, grupos de rescatistas empezaron a trabajar para lograr acceso por una
chimenea de ventilación. Un nuevo derrumbe se produjo en la tarde del sábado 7 de agosto, necesitando entonces
maquinaria pesada para continuar con las tareas.
El domingo 22 de agosto, 17 días después, los
mineros fueron encontrados con vida, y tras 33 días de perforaciones
interrumpidos sólo por problemas en la maquinaria, uno de los 3 planes, el B,
con la máquina Schramm T130 consiguió «romper fondo» a 623 metros de
profundidad. Inmediatamente se comenzó a idear un «plan de encamisado»
(entubamiento del ducto) y se decidió encamisar parcialmente la perforación. A
las 3:00 del día 11 de octubre de 2010, se anunció que los trabajos de
encamisado habían alcanzado 56 m, y se decidió terminar a esa profundidad
el trabajo. A las 12:00 del mismo día, el ministro de Minería, Laurence
Golborne, anunció que el rescate comenzaría a las 00:00 h del miércoles 13 del
mismo mes, con una duración aproximada de 48 h. Finalmente, desde las
00:10, se logró traer a la superficie al primer minero, y luego a los
siguientes, a un ritmo de cerca de uno por hora.
Toda la operación tuvo
un costo de entre USD10-20 millones, un
tercio de la cual fue financiada por donación de privados y el resto por el
Estado de Chile y Codelco.
Hasta la fecha es el
mayor y más exitoso rescate de la historia de la minería a nivel mundial, siendo el evento con
mayor cobertura mediática de esas características con alrededor de 1000 a 1300
millones de telespectadores (sólo superado por el funeral de
Michael Jackson de 2009 y superando por más de
400 millones de telespectadores a la misión del Apolo XI de 1969). Según un estudio, el
impacto mediático mundial del rescate es el mayor de la historia reciente de
Chile, superior al que generó el terremoto del 27
de febrero de 2010.
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